viernes, 17 de diciembre de 2010

“Pánico”


  La ventana entreabierta invitaba a la noche a sentarse junto a mí. El temor comenzaba a erizar la piel. Juntos lograron tirarme los lentes de lectura al piso. Mi rostro era acariciado por una suave brisa. Parecía calmarme. La penetrante oscuridad comenzó a transformarse en tormenta. Y una devastadora fuerza de la naturaleza llamada viento me empujó hacia el libro logrando encerrarme en él. Atrapado en un tapa dura de quinientas hojas me siento desesperado. Y no encuentro la palabra fin.

Moe

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